La leyenda de el loro muerto
El loro muerto.
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Esta historia pudo ocurrir en cualquier urbanizaci贸n de un barrio residencial, en las afueras de una gran ciudad. Le pudo pasar a un loro, a un gato, o a cualquier otro animal… O como leyenda urbana que se precie, tal vez no…
La protagonista de nuestro relato vive en un chalet, cuya vecina de al lado pose铆a un loro que estaba todo el d铆a molestando con sus gritos y silbidos, y encima la familia propietaria le re铆a las gracias porque era muy divertido y curioso que el pu帽etero lorito hablara.
El caso es que un buen d铆a, la protagonista de la historia se encontr贸 con que su perro tra铆a en la boca al dichoso loro. Recrimin贸 al perro su fea acci贸n, e inmediatamente pens贸 que a la vecina no iba a hacerle mucha gracia la noticia.
No sabiendo como explic谩rselo, no se le ocurri贸 otra cosa que saltar la tapia que separaba ambos chalets, aprovechando que sus vecinos estaban de viaje, y volver a meter al fiambre de loro dentro de su jaula, que colgaba vac铆a de la pared de su amiga. As铆 la vecina pensar铆a que se muri贸 en la jaula.
Al llegar su vecina a casa despu茅s de unos d铆as se dirigi贸 a ella con aire apesadumbrado.
-Vecina, estoy asustad铆sima.
-¿Y eso?, inquiri贸 la protagonista…
-Es que, f铆jate, la semana pasada se me muri贸 mi pobre lorito, y lo enterramos al lado de aquel 谩rbol… Y hoy llego y… ¡Ah铆 est谩 otra vez, tieso en su jaula!
La protagonista de nuestro relato vive en un chalet, cuya vecina de al lado pose铆a un loro que estaba todo el d铆a molestando con sus gritos y silbidos, y encima la familia propietaria le re铆a las gracias porque era muy divertido y curioso que el pu帽etero lorito hablara.
El caso es que un buen d铆a, la protagonista de la historia se encontr贸 con que su perro tra铆a en la boca al dichoso loro. Recrimin贸 al perro su fea acci贸n, e inmediatamente pens贸 que a la vecina no iba a hacerle mucha gracia la noticia.
No sabiendo como explic谩rselo, no se le ocurri贸 otra cosa que saltar la tapia que separaba ambos chalets, aprovechando que sus vecinos estaban de viaje, y volver a meter al fiambre de loro dentro de su jaula, que colgaba vac铆a de la pared de su amiga. As铆 la vecina pensar铆a que se muri贸 en la jaula.
Al llegar su vecina a casa despu茅s de unos d铆as se dirigi贸 a ella con aire apesadumbrado.
-Vecina, estoy asustad铆sima.
-¿Y eso?, inquiri贸 la protagonista…
-Es que, f铆jate, la semana pasada se me muri贸 mi pobre lorito, y lo enterramos al lado de aquel 谩rbol… Y hoy llego y… ¡Ah铆 est谩 otra vez, tieso en su jaula!
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