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viernes, 7 de septiembre de 2018

La sombra que no se fue

Cuento de Terror La sombra que no se fueUna tarde Beca trabajaba en su oficina. Nada fuera de lo común. Todo en orden. El escritorio, las sillas, la computadora. Al frente de ella una ventana por la que miraba al fondo del galpón. Los ruidos extraños siempre estaban presentes. Era un lugar de trabajo con muchas máquinas. Ya estaba acostumbrada.
A mano izquierda la puerta principal, mitad de vidrio, mitad de hierro. Ese día en particular se sentía más ruido del normal. El trabajo era incesante fuera de la oficina. El sol entraba por los vidrios de la puerta y se reflejaba en la pared que quedaba a su derecha. El ruido estaba tormentoso. La ponía de mal humos.  Sin querer miró hacia aquella pared. Vio entonces una sombra extraña con forma de cabeza humana. Inmediatamente volteó la mirada hacia la puerta y no había nadie.
Realmente extraño, pero tenebroso. La sombra no se movía, era como si la estuviera vigilando. Se paró entonces con algo de miedo hacia la puerta. No había nadie, ella estaba en lo cierto, pero aún cuando se parara entre la puerta y la pared la sombra seguía estando allí. Se movía, se ubicaba, pero no desaparecía.
Resultado de imagen de espiritus aterradoresAsustada intentó salir de la oficina para llamar a alguien y la sombra se puso frente a ella. Crecía de tamaño, casi la arropaba, no la dejaba salir. Quiso gritar y no pudo. El ruido fuera, en el galpón cesó. Era como si se hubiera quedado sola. Peor aún, sintió que se iba a desmayar.
Poco a poco sin perder de vista a la sombra se sentó nuevamente en su silla. En un momento se dio cuenta que la sombra estaba de nuevo reflejada en la pared. Se le ocurrió esperar que el sol cayera para verla desaparecer. No sucedió. Con la luna la sombra permanecía en su lugar, pero entonces pudo salir. Tenía que ir a descansar.
No le contó a nadie. Al día siguiente al llegar a trabajar apenas se sentó en el escritorio apareció la sombra. Así pasaron los días y se acostumbró a su presencia. No la retó jamás. Se quedó con la sombra que nunca se fue.

La terrorifica leyenda de la Llorona

LA LEYENDA DE LA LLORONA
Difícilmente existe un chilango que nunca haya escuchado hablar de la leyenda de La Llorona. Unos dicen que se aparece en Coyoacán, otros, que siempre la escuchan gritar en la calle de su casa. Algunos incluso aseguran haberla visto.
la leyenda de la llorona
Se cuenta que La Llorona es una mujer que deambula por las calles de la Ciudad de México en busca de sus hijos, a los que ella misma asesinó, enloquecida, durante una noche. Dicen que aparece en lugares por donde alguna vez pasó un río. También se dice que es una mujer muy bella vestida de blanco. Otros mencionan que sólo se alcanza a ver su silueta, que flota. En lo único que coinciden es que siempre que se deja ver se escucha un largo y aterrador grito: «¡Ay, mis hijos!».
Sobre el origen de esta leyenda hay varias versiones: una es la colonial, la cual se basa en las crónicas de Bernal Díaz del Castillo, quien participó en la conquista del Imperio mexica. Se cuenta que una mujer de origen indígena era amante de un caballero español y, cuando ella le pidió formalizar la relación, él se negó porque pertenecía a la alta sociedad. Este hecho desató la tragedia por la que su alma deambularía en pena.
Cuentan que esa noche la mujer despertó a sus pequeños hijos –un niño y una niña–, tomó un puñal y los llevó al río, el cual se encontraba muy cerca de su casa. Estando ahí, ciega por el coraje, los apuñaló varias veces hasta que los dejó sin vida.
Minutos después reaccionó y, al darse cuenta de lo que había hecho, corrió desesperada por el río y emitió el escalofriante grito por el que la identificamos.
Desde esa noche no se volvió a saber más de ella y se convirtió en mito. Quienes juran haberla escuchado dicen que deambula en las calles y los parques de la Ciudad de México, además de los canales de Xochimilco.

EL MISTERIO DE LA CASA

Érase una vez en una casa abandonada que llamaba la atención de todos los habitantes del vecindario, pues en las noches sobre todo cuando se acercaba la hora pasadas las 12 de la madrugada, se podían detectar sonidos que provenían de esta casa tan misteriosa.
Una noche cuando todo estaba en calma, de la nada se empezaron a escuchar estos sonidos bastantes peculiares. Uno de los habitantes que pasaba por el lugar, se armó de valor y decidió tocar a la puerta de la casa esperando recibir algún tipo de respuesta, al no recibirla decidió hablar en voz más alta
-Hola, ¿hay alguien ahí? –preguntó con curiosidad
Cuando decidió entrar se dio cuenta de que la puerta se encontraba abierta, al entrar en la casa, todo estaba oscuro y se veía a medias, la verdad aunque curioso y hasta el momento valiente, no sabía qué hacer, si avanzar o no pues el miedo lo invadió.
Resultado de imagen de CASA abandonadaAl querer caminar le era imposible moverse y al querer hablar no podía articular palabra, al darse cuenta de esto entró en un estado de nervios pues se dio cuenta que de necesitar ayuda no podría pedirla.
Cuando estaba a punto de  enloquecer, comenzó a calmarse a sí mismo, y de a poco recuperó el movimiento, cuando se recobró e intentó escapar, se dio cuenta de que estaba encerrado dentro de la casa misteriosa y no tenía escapatoria todas las puertas y ventanas se encontraban cerradas.
Es ahí cuando decidió acercarse a la puerta y comenzar a dar golpes y a gritar mientras pedía auxilio esperando que alguien pudiera ayudarlo o avisarle a la policía, después de unos minutos lo escucharon, estos minutos pasaron muy lentos.
Los vecinos tuvieron que romper la puerta para poder ayudar al curioso hombre quien después de ese día no volvió a pisar más esa casa ni  de cerca y el misterio de los ruidos aún no se sabe de dónde provienen.


FIN